28.10.06

Cita Juan Pablo II (3)

Juan Pablo II (3)
Carta Apostólica a los responsables de las Comunicaciones Sociales (24-I-2005), n.5

La comunicación entre Dios y la humanidad ha alcanzado por tanto su perfección con el Verbo hecho carne. El acto de amor a través del cual Dios se revela, unido a la respuesta de fe de la humanidad, genera un fecundo diálogo. Precisamente por esto, al hacer nuestra, en cierto modo, la petición de los discípulos “enséñanos a orar” (Lc 11, 1), podemos pedir al Señor que nos ayude a entender cómo comunicar con Dios y con los hombres a través de los maravillosos instrumentos de la comunicación social. Reorientados en la perspectiva de tal comunicación última y decisiva, los medios de comunicación social se revelan como una oportunidad providencial para llegar a los hombres de cualquier latitud, superando las barreras del tiempo, del espacio y de la lengua, formulando en las más diversas modalidades los contenidos de la fe, y ofreciendo a quien busca puertos seguros que faciliten un diálogo con el misterio de Dios revelado plenamente en Jesucristo.

El Verbo encarnado nos ha dado ejemplo de cómo comunicarse con el Padre y con los hombres, ya sea viviendo momentos de silencio y de recogimiento, ya sea predicando en cualquier lugar y con diversos lenguajes. Él explica las Escrituras, se expresa en parábolas, dialoga en la intimidad de las casas, habla en las plazas, en las calles, a las orillas del lago, desde las cimas de los montes. El encuentro personal con Él no deja indiferente sino que estimula a imitarlo: “Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados” (Mt 10, 27).

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